La esperanza de la salud mental se debate en grupos de apoyo.

 

En A Coruña, un grupo de mujeres se reúnen desde mediados de julio en A Comuna para hablar de sus problemas. Es gente con un diagnóstico en la mano, una serie de síntomas agrupados por el psiquiatra bajo un nombre, pero que se pueden trabajar de forma natural. Ellas respondieron a la llamada del Proyecto Raigambre, una red donde los que necesitan contar y quieren escuchar al vecino se registran.

Dan un número de contacto y el municipio donde duermen. Enseguida, los coordinadores se ponen a trabajar para crear grupos de apoyo mutuo, que son la esperanza que el especialista suele bloquear.

Cuenta el coordinador en Galicia del proyecto, Miguel Bustión, que en estos momentos, la salud mental pasa afortunadamente por una segunda reforma.Que no solo se basa en la medicación, sino que atiende a nuevas vías terapéuticas donde el control de uno mismo funciona, en parte gracias a conocer lo que le pasa al otro y al de más allá.

La esperanza de la salud mental se debate en grupos de apoyo.