«No controlamos al ‘smartphone’, éste nos controla y conforma nuestras vidas»

En el libro ¿Derrotó el smarthpone al movimiento ecologista? (Catarata, 2016) planteas los riesgos de un totalitarismo tecnológico. ¿Pero no ha ocurrido esto siempre? La irrupción de la fotografía y el cine en los albores del siglo XX inauguró nuevos tiempos de vértigo. Y García Márquez defendía el bolígrafo y la libreta de notas como arma fundamental del periodista, frente a la diabólica grabadora…

Jorge Riechmann: No se trata de asuntos que haya que plantear en términos de tecnofobia o tecnofilia, creo. Pero sí que deberían hacernos reflexionar sobre nuestra relación con las tecnologías. Por cierto, ya el hecho de que cuando en esta sociedad se dice «tecnología» sin más la referencia sean gadgets microelectrónicos e informáticos constituye un poderoso indicio de que las cosas no van bien. ¿Por qué la «tecnología» por antonomasia ha de ser una tableta conectada a internet, por ejemplo, y no la píldora anticonceptiva o el motocultor, pongamos por caso?

Su caso no es excepcional. En el año 2016, los menores condenados en España por sentencia firme fueron casi 13.000, casi 10.000 de ellos por robos y lesiones, y la mayor parte por actos relacionados con la violencia, buena parte de ella en el seno familiar. Los datos muestran una tendencia a la baja con respecto a otros años, pero este problema sigue siendo fuente de preocupación social y destino de la actividad de muchas personas e instituciones de Iglesia.

 

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