El Síndrome del emperador, también conocido como el niño tirano, hace referencia a los niños que imponen su ley en casa, que no aceptan los “no” y ante éstos expresan su ira. Son niños que dominan a los padres y pueden incluso llegar a maltratarlos verbalmente. Es un síndrome alarmante y para ello, los padres deben tener muy claro cómo ejercer su autoridad (que no es lo mismo que autoritarismo).

 

¿Cómo es el niño tirano o con Síndrome del emperador?

El niño tirano o el niño que sufre el Síndrome del emperador suele mostrar:

  • Insensibilidad emocional, pero chantajea emocionalmente a los padres.
  • Tiene dificultades para desarrollar sentimientos de culpa.
  • Muestra una ausencia de vínculo hacia sus padres o hacia los demás.
  • Tiene poca responsabilidad hacia la aplicación de los castigos que se le imponen.
  • No muestra ningún tipo de respeto y quiere ser él el que controle siempre la situación.
  • Tiene baja tolerancia a la frustración, por lo que expresará rabietas en público o incluso amenazará a los padres con el fin de conseguir lo que desea.
  • Suele pedir constantemente cosas porque es muy caprichoso.
  • Es desobediente en todo momento y busca retar a los padres para conocer hasta donde están dispuestos a ceder.

Causas del Síndrome del emperador o niño tirano

La causa principal se enfoca a la crianza de los padres que hacen uso de un estilo parental demasiado permisivo y protector con el niño. Sin embargo, hay que tener en cuenta que nunca hay un único factor y el hecho de vivir actualmente en un ambiente tan consumista, puede influir en las demandas de los niños que pueden querer tablets, móviles, etc.

Por otro lado, no debe obviarse el factor genético, ya que hay niños que están más predispuestos a sufrir el síndrome del emperador por su temperamento y carácter.

Consejos para padres de niños tiranos o con Síndrome del emperador

  • Los dos progenitores deben de estar de acuerdo en el estilo de crianza del niño. Muchas veces el rol del padre y de la madre es tan diferente y aplican modelos educativos tan distintos que el niño mirará de aprovecharse de las ventajas de unos y otros. El consenso y tener muy claro el estilo educativo es necesario para que haya un control parental.
  • Tener muy claro que los padres son los adultos y que no deben ponerse a su misma altura. El niño no deja de ser un niño al que se le debe mostrar un modelo a seguir con la figura de los padres. Por lo tanto, si el niño grita, los padres no deben seguirle gritando también, ya que con ello, conseguirán reforzar este tipo de conductas negativas. Lo mejor es esperar a que el niño se calme y hablar con tranquilidad cuando haya aminorado la tensión.
  • Si los padres ven en su hijo comportamientos tiranos, deben aceptar la verdad y buscar los posibles motivos. Reflexionar sobre la situación y buscar alternativas. No debe caerse en la idea de pensar “nuestro hijo es así”, porque si el niño se comporta de esa manera es por determinados motivos que pueden trabajarse para mejorar.
  • Realizar un horario de la rutina del niño ayuda a marcar las tareas que debe hacer desde que se levanta hasta que se acuesta. Pautar las horas para comer, hacer los deberes, irse a la cama, etc. ayuda a que el niño asimile las responsabilidades y obligaciones del día a día.
  • Si el niño muestra oposición ante alguna demanda de los padres, se debe encaminar la conversación en positivo y guiando al niño para que haya un entendimiento. El diálogo es la mejor herramienta, ya que las amenazas de los padres tan solo darán lugar a que el niño se cierre en banda y niegue realizar cualquier tarea que se le solicita. En todo caso, a los niños tiranos les puede costar seguir un diálogo en un momento de negación, así que hablar tranquilamente sobre las reglas y pautas que se han fijado y explicarle que deben realizarse y respetarse será suficiente.
  • Es inútil decirle a un niño tirano que se ponga en el lugar de los padres, pues precisamente se comporta de esta manera porque tiene ausencia de empatía, así que la atención se debe focalizar al tipo de acuerdos educativos y normas que se han establecido.
  • Paciencia y más paciencia. Un niño con Síndrome del emperador, aprenderá poco a poco, y de los padres y su actitud ante las dificultades en la crianza del niño, dependerá que interiorice las normas y el respeto que se le solicita.

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