Es clara la brecha que existe entre la gente joven y los servicios de salud. Una consulta normal no se adecúa al mundo de las personas adolescentes, por lo que, en muchos casos, pierden la oportunidad de ser ayudados en sus problemas.

Desde FUNDIPP, y en especial desde PIPAJ (Programa de Intervención Precoz en Jóvenes y Adolescentes), trabajamos para salvar esta brecha y estamos muy contentos al ver que la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos da la razón, además de nuevas ideas.

En este sentido, la OMS propone 8 estándares simples, pero imprescindibles. Vamos a examinarnos y ver cuáles cumplimos y cuáles no:

Estándar 1. Alfabetización de los adolescentes en salud:

El centro de salud implementa sistemas para asegurarse de que los adolescentes estén bien informados sobre su propia salud, y saber dónde y cuándo acceder a los servicios de salud.

En este sentido, desde FUNDIPP, con el apoyo del Ayuntamiento de Santander, estamos realizando material de divulgación sobre salud mental que sea “amigable para gente joven”. En breve colgaremos en la red (facebook, twitter…) unas hojas en las que hablaremos de suicidio, drogas, autolesiones, impulsividad… así como sobre formas de solicitar ayuda.

Estándar 2. Apoyo de la Comunidad:

El centro de salud implementa sistemas para garantizar que padres, tutores y otros miembros y organizaciones de la Comunidad, reconozcan el valor de proporcionar servicios de salud a los adolescentes, y apoyen esta provisión y el uso de estos servicios por parte de los mismos.

El PIPAJ está diseñado con un fuerte contenido de apoyo a las familias, tanto psicoeducativo como de intervención familiar. Pretendemos importar el modelo anglosajón de Case Manager, dando apoyo comunitario y soporte a la gente joven para que se integre en la comunidad. Nuestros planes futuros contemplan fomentar el trabajo interdisciplinar y el acercamiento a las diferentes administraciones.

Estándar 3. Paquete de servicios apropiado: El centro de salud ofrece un paquete de servicios que incluye información, asesoramiento, tratamiento, diagnóstico y atención, cumpliendo plenamente las necesidades de todos los adolescentes. Los servicios se ofrecen en los centros y a través de enlaces de referencia y divulgación.

Este punto parece que estuviera dirigido directamente a PIPAJ. El Programa consiste en un paquete de servicios, de entre los cuales los adolescentes pueden decidir y escoger aquellos que consideren necesarios o recomendables. Incluimos charlas, case management, intervenciones con las familias, terapia individual, terapia de grupo, etc.

Estándar 4. Competencias de los proveedores de servicios de salud: Los proveedores de servicios de salud demuestran que cuentan con las competencias técnicas requeridas para ofrecer servicios de salud eficaces para los adolescentes. Tanto los proveedores como el personal de apoyo, protegen y cumplen los derechos de los adolescentes a la información, la privacidad, la confidencialidad, la no discriminación, la actitud libre de prejuicios y el respeto.

Consideramos que este punto, de obligado cumplimiento, debería estar dirigido no sólo a adolescentes (como en nuestro caso), si no también a cualquier otro colectivo. Esta es nuestra filosofía y así la llevamos a cabo en PIPAJ.

Estándar 5. Características de las instalaciones: El centro de salud tiene un horario de funcionamiento adecuado, un ambiente acogedor y limpio, y mantiene la privacidad y la confidencialidad. Cuenta con los equipos, los medicamentos, suministros y tecnología necesarios para garantizar que los adolescentes reciben una prestación de servicios eficaz.

En este sentido pecamos un poco. A pesar de cumplir con los mínimos necesarios que marca este estándar, en PIPAJ queremos más; queremos ser youthfriendly, que nuestras instalaciones y mobiliario se adapten a la gente joven. Nuestro objetivo es que se sientan cómodos y cómodas tan pronto entren por la puerta. Aunque lo cumplimos, nuestra aspiración es siempre mejorar.

Estándar 6. La equidad y la no discriminación: El centro de salud ofrece servicios de calidad a todos los adolescentes, independientemente de su nivel socioeconómico, edad, sexo, estado civil, nivel educativo, origen étnico, orientación sexual u otras características.

Aunque este es otro punto fácil de cumplir (forma parte de nuestra práctica habitual) aún tenemos margen de mejora. Es decir, no sólo es importante no discriminar, sino fomentar la no discriminación. Por ejemplo, en Orygen Youth Health (un centro australiano de referencia e inspiración para nosotros) se muestran carteles con la bandera gay o la bandera indígena que rezan “eres bienvenido”. Acciones como esta serán promovidas desde PIPAJ.

Estándar 7. La mejora de los datos y la calidad: El centro de salud recopila, analiza y utiliza datos relativos al uso de los servicios y a la calidad de la atención, desglosados por edad y sexo, para apoyar la mejora de la calidad. Se anima al personal del centro de salud a participar en la misma.

En este sentido es donde le tenemos que agradecer a la OMS el toque de atención. Es necesario medir nuestro trabajo, comprobar si funcionamos, y demostrarlo. Uno de los objetivos dentro de PIPAJ es el de medir la eficacia del propio Programa. Sin embargo, actualmente no investigamos quién viene y por qué. Por tanto, una vez detectada esta deficiencia, tomaremos las medidas necesarias para solventarla.

Estándar 8. Participación de los adolescentes: Se implica a los adolescentes en la planificación, el seguimiento y la evaluación de los servicios de salud, en las decisiones sobre su propio cuidado, así como en ciertos aspectos apropiados de la prestación de servicios.

Nos enorgullece decir que estamos en la misma sintonía. Nadie entiende lo que le pasa a un adolescente por la cabeza mejor que otro adolescente, y nadie puede usar mejores palabras para describir una experiencia que quien ha pasado por ella y se encuentra en una situación similar. Somos todo oídos y tenemos la esperanza de que se note en todo lo que hacemos.

Este ha sido un breve análisis de la adecuación de PIPAJ para el cumplimiento de su cometido en base a los estándares de la OMS. Aunque aún no lo hacemos perfecto, ver que la OMS nos invita a seguir una vía que ya hemos comenzado reafirma nuestros planteamientos y nos motiva para seguir avanzando.

¡Nos vemos en PIPAJ!