Lo que las sectas esconden.

 

La palabra “secta” hoy en día sigue siendo un término que crea confusión, dado que hay muchas personas que no distinguen la verdadera diferencia entre una secta y otro tipo de organización. Pero, independientemente de la concepción, lo que sí que crea curiosidad y, a la vez, cierto recelo es comprender la manera en que esas personas consiguen “meterse en tu mente” y cambiar completamente la realidad en que vives. ¿Cuáles son las técnicas que utilizan? ¿Hay personas más vulnerables que otras? ¿Crees que tú también caerías “en sus zarpas”?.

¿Qué es una secta?

Realmente responder a esta pregunta es algo complicado. Según la RAE (Real Academia Española), una secta es “un conjunto de seguidores de una parcialidad religiosa o ideológica”, “doctrina ideológica que se diferencia o independiza de otra” y “conjunto de creyentes en una doctrina particular o de fieles en una religión que el hablante considera falsa”. Sin embargo, estas definiciones son muy generales, ya que tachan de secta a cualquier asociación con una doctrina. Entonces, realmente ¿qué es lo que diferencia a una secta? Lo importante para distinguir a un grupo socialmente aceptable del que no lo es, no es la ideología o su doctrina, sino el carácter destructivo y de coacción que éste utiliza con sus miembros.

El Parlamento Europeo en 2001 declaró como secta destructiva un grupo que atenta contra los derechos civiles y contra los derechos humanos del hombre comprometiendo su situación social. Por otro lado, el Doctor Federico Javaloy, catedrático de psicología social y comportamiento colectivo, se centró más en la figura del líder como el elemento característico y definitorio de la diferenciación de una secta destructiva en relación al resto de asociaciones. Según Javaloy, el líder es elegido y hecho portavoz de lo divino (u otros rasgos extraordinarios), con gran carisma y que se erige y proclama como la autoridad absoluta del grupo. Dado que es el máximo exponente del poder, todos tienen que rendirle una sumisión total y, para encargarse de que eso sea así, utiliza unas técnicas de persuasión coercitivas que pueden tener unas consecuencias devastadoras en las personas sobre las que las usa.

Así que se podría decir que una secta coactiva es un grupo totalitario que emplea técnicas de persuasión coercitivas para captar y someter a las personas a la dependencia del grupo.

El arte de la “seducción”

A lo largo de la historia hemos conocido casos verdaderamente terribles procedentes de sectas, como es el caso del “Templo del pueblo” en EE.UU, que se marcó la cifra de 912 muertos creando en sus adeptos la idea de que la sociedad quería destruirles, o la del “Movimiento para la restauración de los Diez Mandamientos”, que hicieron creer a sus adeptos que el fin del mundo estaba cerca y que por vender sus bienes y propiedades, como recompensa, la Virgen descendería para llevarse a los fieles al cielo. Ese mismo día, 530 personas se congregaron en el templo de la secta y se rociaron con gasolina para ascender al paraíso de la forma más fácil en la que se puede: hechos cenizas.

Según el catedrático de Psicología Social y Jurídica de la Universidad de Barcelona, y director del grupo “Invictus Investigación”, Álvaro Rodríguez Carballeira, en las sectas se podrían identificar cuatro tipos de técnicas de persuasión.

1. Técnicas ambientales

Se llaman así porque lo que controlan y manipulan es el entorno de la persona. Así pues, con el aislamiento social, lo que se pretende es separar al individuo de toda persona que pertenezca a su red de apoyo social (familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos…) haciéndole creer que no le comprenden. Con esto, lo que se produce es un desarraigo que facilita la conversión en una nueva identidad creada por los líderes de la secta. Por ejemplo, en la secta los “Niños de Dios”, presente en 72 países, entre los que se encuentra España, y considerada de las sectas más peligrosas que existen, se les da a los niños una carta donde se les explica que deben odiar a los padres.

Por otro lado, también es característico el control de la información. Crean sus propias publicaciones, los vídeos que ven los adeptos, controlan las emisoras de radio que se pueden escuchar así como los canales de televisión (en algunos casos incluso crean ellos mismos su propio canal), el acceso a internet… Básicamente toda la información de la “realidad” es aportada por la propia secta, por lo que la única verdad es la doctrina que se inculca. En la secta de los “Niños de Dios”, las únicas fuentes de información permitidas eran las cartas del líder y sus interpretaciones de la Biblia.

Además, crean un estado de dependencia existencial controlando las necesidades de sus adeptos. Su alimentación, su higiene, sus relaciones sexuales, su economía y su salud les pertenece a los líderes y el gozo y disfrute de ellas dependen, en muchos casos, de satisfacer ciertos objetivos creados por la secta. Si haces esto, obtienes este “beneficio”.

Por último, y en consonancia a la dependencia, crean un debilitamiento psicofísico al tener bajo su control lo que ingieren los adeptos, lo que duermen y lo que hacen. Si una persona no tiene fuerza física y psicológica es más difícil que se rebele, y por tanto, más fácil la sumisión y la dependencia al grupo.

2. Técnicas emocionales

Aquí se utiliza las dos caras de una misma moneda. Es decir, se juega con las emociones, y dependiendo de las circunstancias, se hará de forma positiva o negativa. El líder se aprovecha de la necesidad de los adeptos de ser queridos, protegidos y aceptados y utiliza su posición dentro del grupo para crear un sentimiento de amor y devoción hacia su figura. Con la estrategia del “love bombing” provoca una conmoción y shock afectivo en la persona. Una especie de “flechazo”.

Pero por otro lado, también es el que se encarga de dar premios, recompensas, castigos y amenazas. Y el hecho de que dé uno u otro depende de su satisfacción con las acciones de los adeptos. De esta manera crea una confusión grupal (a través del sentimiento amor-odio que provoca entre todos y que se va reforzando por las acciones y comentarios del mismo grupo) y recrea miedo y sumisión a la figura del líder.

Pero no podemos olvidar que las BZD tienen un efecto sintomático que los pacientes perciben como beneficiosos. Es nuestra función como profesionales facilitar alternativas que les ayuden.

3. Técnicas cognitivas

Con estas técnicas lo que se pretende es controlar la forma de pensar, percibir y atender del individuo, así como la manera en que procesa la información y cómo se expresa verbalmente.

En la denigración del pensamiento crítico lo que se quiere es “limpiar la mente” para sustituirla por otra fundamentada en la doctrina de la secta. Esto se consigue rechazando el juicio, el pensamiento propio. Se favorece y se premia el creer sin pensar. En la secta de “Las Ocho Reinas”, creen que su líder es la reencarnación de Jesús, y este tiene ocho esposas con las que mantiene relaciones sexuales para sacarles el mal que llevan dentro. Entre ellas se encuentra su propia hija.

La identificación con el grupo es otra de las tácticas que utilizan para anular al individuo como persona, como ser individual. Lo único certero y válido es lo que representa el grupo y los valores, creencias, ideales, objetivos que este tenga. La presión colectiva favorece la conformación de la identidad grupal y para reforzar esa presión, utilizan símbolos, ropas y adornos para que todos los adeptos sean iguales. Al perder cualquier signo de identidad personal, el adepto acaba adoptando la conciencia de grupo y llega a lo que se denomina desindividualización.

Con el uso de la mentira y el engaño la persona acepta todo lo que le dice la secta y, cuando existen contradicciones, se buscan explicaciones alternativas. Muchas veces los propios seguidores, hasta que no se unen, desconocen los derechos y obligaciones que van a tener dentro de la secta.

El control de la atención se hace a través del exceso de estimulación (como tenerlos todo el día con una alta actividad física para así evitar que tengan tiempo para pensar) o por privación de esta (meditación, aislamiento…). Además, la secta crea un lenguaje endógeno para controlarlo, y así refuerza la pertenencia al grupo y el aislamiento con el exterior. En la secta los “Niños de Dios”, compartir significa tener actos sexuales.

4. Inducción de estados disociativos

Para reforzar la encarecida labor de crear personas sumisas y libres de pensamiento crítico, las sectas coercitivas utilizan prácticas muy diversas como cánticos de mantras, hipnosis o drogas (benzodiacepinas) para facilitar que la persona sea lo más receptiva y sugestionable posible. En los “Hare krishna”, el “Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna, Krishna, Hare, Hare, Hare, Rama, Hare Rama, Rama, Rama, Hare, Hare”, el principal mantra, lo hacen repetir 1728 veces al día, lo que produce en la persona una disociación temporo-espacial.

Como podemos ver, las sectas llevan años perfeccionando sus técnicas y hoy en día siguen siendo objetivo de muchas investigaciones. Son muchas las personas que han caído en sus trampas pero, al igual que se puede entrar, se puede salir. Por ejemplo, dejándote ayudar por tu entorno social, intentando que tu libertad personal no sea del todo eliminada y, sobre todo, por la ayuda de un profesional y conocemos sus procesos de captación y los sujetos que buscan. Pero eso lo hablaremos en otro artículo.

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