A pesar de que la depresión mayor es uno de los trastornos mentales más frecuentes en niños y adolescentes, sigue sin existir un tratamiento unívoco para esta población, por lo que, en todo caso, se adaptan los antidepresivos clásicos para adultos si es necesaria la intervención farmacológica. Sin embargo, un metaanálisis advierte de que usar estos productos entraña un alto riesgo en indicación pediátrica.

Concretamente, se trata de un estudio publicado por el Journal of the American Medical Association(JAMA) que analiza 34 ensayos que incluyen 5.260 pacientes y 14 antidepresivos, con la conclusión de que solo uno de ellos compensa el riesgo que implica su uso: la fluoxetina, el único que supera a placebo en seguridad y eficacia

De esta manera, los investigadores descartan amitriptilina, citalopram, clomipramina, desipramina, duloxetina, escitalopram, imipramina, mirtazapina, nefazodona, nortriptilina, paroxetina, sertralina y venlafaxina, dado que su perfil beneficio –riesgo no ofrece “claras ventajas”.

De hecho, al menos cuatro de estos medicamentos (duloxetina y venlafaxina y citalopram y escitalopram)  ya se encuentran en varias listas de fármacos a evitar por su “modesta eficacia” y “efectos adversos graves” también en adultos, como indica el Centro de Información de Medicamentos del Servicio de Salud de Castilla y Léon (Sacyl).

Y en algunos casos pueden llegar incluso a aumentar el índice de suicidios en pacientes jóvenes. Este es el caso de paroxetina, uno de los medicamentos estudiados por el citado metaanálisis y cuyo uso está prohibido en niños y adolescentes en Europa.

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