¿Cuáles son las señales de alarma? ¿Qué no debemos hacer nunca?.
Los psicólogos Pedro Martín-Barrajón @psicourgencias y Elisa Alfaro Ferreres han elaborado una guía para acompañar de la forma más adecuada a personas que atraviesan un intenso sufrimiento.
Cada día 11 personas se quitan la vida en España. No es un asunto de otros. La mitad de la población general, no clínica, experimentará tendencias suicidas entre moderadas y severas a lo largo de su vida.
¿Qué podemos hacer si sospechamos que una persona de nuestro entorno está pensando en suicidarse?.
¿Cómo podemos ayudarle? Barrajón Morán y Elisa Alfaro Ferreres, han elaborado está guía para acompañar y tender la mano a personas que atraviesan un intenso sufrimiento y que solo alcanzan a ver la muerte como salida.
CUÁLES SON LAS SEÑALES Y CÓMO ACTUAR.
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Hay diferentes señales y factores precipitantes en los diferentes grupos de edad. Destaca sobre todos los demás: que la persona lo exprese explícita, o implícitamente. Comentarios como «no sirvo para nada», «estaríais mejor sin mí», «ojalá me acostara y no me despertara nunca…», «No quiero seguir siendo una carga»…deberían alertarnos.
Uno de los mayores errores y con peores consecuencias para una persona en riesgo es pensar aquello de «el que lo dice, no lo hace».
Los principales factores de riesgo, por orden de importancia serían los siguientes: intentos previos de suicidio, sufrir un trastorno mental (depresión), ser varón (menor de 19 o mayor de 45 años), desesperanza hacia el futuro, aislamiento social y falta de red de apoyo familiar y presencia de ideación suicida.
En el colectivo especialmente vulnerable de adolescentes (por la impulsividad, la magnitud de algunas respuestas emocionales ante algunos sinsabores de la vida, la baja tolerancia a la frustración, la tendencia a la inmediatez), es más difícil detectar la depresión y se manifiesta más a través de la irritabilidad (gritos, portazos, respuestas airadas, actitud desafiante, conductas de riesgo: sexuales, consumo de sustancias, peleas…).
QUÉ NECESITA DE NOSOTROS.
- Ser escuchados sin ser interrumpidos.
- Sentir seguridad.
- Ser creídas en todo lo que cuentan.
- Ser respetadas en su forma de vivirlo.
- Necesidad de crear impacto.
CÓMO HABLAR CON UNA PERSONA QUE QUIERE SUICIDARSE.
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.Todos somos agentes de cambio y podemos tender una mano amiga para ayudar a superar una crisis suicida si supiéramos cómo hacerlo. Seguimos teniendo ciertos mitos muy arraigados como que «hablar del suicidio, induce a la conducta suicida» que pueden impedirnos tener esa iniciativa. No se induce la idea suicida en alguien que no la tenga previamente y puede ser la única y la última ocasión de evitar una muerte. Hay que preguntar directamente y sin eufemismos.
– Ser cálido y empático.
– Ser honesto.
– Tomarse en serio cualquier manifestación, amenaza o sospecha de suicidio.
– Conservar la calma.
–Mostrar esperanza y posibilidades de superación.
–Intentar encontrar soluciones prácticas.
– Ganar todo el tiempo posible.
– Dejar hablar y desahogarse.
– Buscar ayuda profesional.
-Si la persona ha manifestado su ideación suicida, preguntarle directamente si ha pensado cuándo hacerlo, cómo, dónde.
QUÉ NO DEBEMOS HACER.
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Obviar las señales de alarma o las manifestaciones más o menos claras de su intención. Tampoco debemos confiar en la remisión espontánea o que el «tiempo lo cure todo». En ningún caso, debe minimizarse el riesgo, restarle importancia o frivolizar. Cuando alguien habla de suicidarse no está llamando la atención, está pidiendo ayuda para una situación que no sabe cómo gestionar.
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