la tercera ola será mental.
La salud mental afronta con escasos recursos los enormes retos de la pandemia. Y al mismo tiempo evoluciona con rapidez para adaptarse al tratamiento a distancia.
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Más allá de la atención primaria o la presión hospitalaria, la pandemia ha desnudado también unos servicios de salud mental que si en España eran ya raquíticos antes del coronavirus, en palabras de algunos profesionales, hoy son absolutamente insuficientes ante los problemas a medio y largo plazo que se vislumbran entre las secuelas. Más recursos son necesarios, aseguran todos los consultados, y también reinventar y adaptar el ejercicio de la profesión a formatos a distancia ante los peligros de contagio y las limitaciones que imponen los confinamientos.
“Viene una ola de trastornos mentales y tenemos que ser innovadores y cambiar la forma de salud mental para llegar a todo. La pandemia va a abrir una brecha aún mayor entre poblaciones de riesgo y las demás, y los programas de salud mental tienen que reinventarse para que esa población no se quede atrás”, asegura Celso Arango, jefe de Psiquiatría del hospital Gregorio Marañón de Madrid.
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