Una oportunidad que no debe perderse
La autolesión es un problema común en los pacientes que buscan ayuda en los servicios clínicos y se asocia con un mayor riesgo de suicidio. En los últimos años, ha habido un aumento de las autolesiones, especialmente entre los jóvenes, pero también en otros grupos, como los hombres de mediana edad.
El Instituto Nacional para la Excelencia en la Salud y la Atención (NICE) ha actualizado su guía para la autolesión con la publicación de la nueva directriz Autolesión 2022: evaluación, manejo y prevención de la recurrencia (NG225). La nueva guía incorpora la evidencia más reciente y combina las guías anteriores sobre autolesiones (CG16 y CG133).
La necesidad de empatía
Un tema constante es la necesidad de brindar atención compasiva, sin prejuicios y empática a las personas que se han autolesionado. Hay ejemplos de atención excelente, pero también ejemplos de atención subóptima, dónde las personas describen experiencias negativas al recibir tratamiento de salud mental que puede tener un impacto perjudicial en la búsqueda de ayuda y el riesgo de suicidio.
Todo el personal debe tener acceso a una supervisión adecuada, y los servicios de salud mental deben garantizar que la capacitación de los profesionales para enfatizar la atención sensible centrada en la persona. La participación de la familia es clave y las personas que se han autolesionado y sus familiares o cuidadores deben recibir información sobre la autolesión, opciones de atención y tratamiento, agencias y recursos de apoyo, así como autocuidado, adaptados a las necesidades individuales.
No hay lugar para tratamientos aversivos
Esta directriz reafirma el principio de que no hay lugar para un tratamiento aversivo o punitivo, excluyendo a los pacientes o negándoles la atención que necesitan, y esto se extiende al uso del castigo penal como elemento disuasivo.
Evaluación psicosocial, no evaluación de riesgos.
La guía también establece claramente que todas las personas que se han autolesionado deben recibir una evaluación psicosocial lo antes posible por parte de un profesional de salud mental capacitado para identificar las circunstancias del episodio y las fortalezas y necesidades de la persona. Esta evaluación debe llevarse a cabo utilizando un enfoque compasivo y colaborativo basado en la comprensión de por qué se ha producido la autolesión.
Asimismo, se insta a los profesionales de la salud mental a no utilizar herramientas y escalas de evaluación de riesgos y a no estratificar el riesgo en bajo, medio o alto para predecir futuras autolesiones o suicidios. Puesto que los valores predictivos positivos de estas herramientas y categorías son deficientes y brindan una seguridad clínica falsa que conlleva a que las personas de los grupos de riesgo bajo y medio queden excluidas de la atención.
Cuidados posteriores e intervención
Cuidado por los convalecientes.
Cuando el médico considere que existen problemas de seguridad continuos después de la evaluación inicial, se debe organizar un cuidado posterior inmediato dentro de las 48 horas posteriores a la evaluación (con el mismo profesional si es posible). Este es el momento en que es más probable que se repitan las autolesiones y el seguimiento temprano debería mejorar la participación en el servicio, reducir la desesperanza y disminuir las repeticiones de autolesiones y los intentos de suicidio.
Intervenciones.
No existen farmacoterapias recomendadas para la autolesión per se, aunque se puede utilizar tratamiento farmacológico para tratar afecciones subyacentes. Cuando los pacientes tienen una enfermedad mental específica asociada con la autolesión, el tratamiento para esa afección debe organizarse de acuerdo con el criterio clínico y las orientaciones asociadas.
Según la guía de la NICE para el tratamiento de adultos que se autolesionan se recomienda que se ofrezcan tratamientos psicológicos basados en terapia cognitivo-conductual (TCC) centrados en la persona y tener entre 4 y 10 sesiones de duración. Mientras que con población joven se puede considerar la terapia dialéctica conductual adaptada para adolescentes (DBT-A). Sin embargo, la evidencia para DBT-A está limitada por la falta de datos de seguimiento a largo plazo y muestras de participantes.
Además, se hace énfasis en que ningún tratamiento psicológico debe negarse a las personas debido a un diagnóstico, condiciones coexistentes o abuso de sustancias.
Planes de seguridad.
Se debe considerar el desarrollo de planes de seguridad para las personas que se autolesionan. Los planes de seguridad deben crearse en colaboración entre la persona que se autolesiona y los profesionales de la salud mental, con el aporte de los familiares o cuidadores, cuando corresponda. Deben ser accesibles para la persona, los profesionales y otras personas que puedan ser designadas como fuente de apoyo, como el médico de cabecera. Son documentos dinámicos que deben adaptarse a medida que cambian las necesidades y circunstancias.
Nuestro negocio y el de todos
La guía actualizada sobre autolesiones del NICE nos recuerda que las autolesiones pueden presentarse en cualquier lugar del sistema de atención sanitaria y social: en la educación, en la justicia penal y en entornos comunitarios. Se trata de un problema de salud mental pública que no sólo tiene un impacto en los servicios de salud mental sino también en la sociedad en general.
Estas recomendaciones enfatizan la importancia de una atención compasiva centrada en la persona. Destacando la necesidad de una evaluación psicosocial para cada episodio de autolesión, la falta de utilidad de las herramientas y escalas de riesgo, y la importancia de considerar las necesidades individuales para optimizar la seguridad del paciente.
Es probable que la implementación de la directrices que se reocmiendan desde la guía del NICE requiera de la capacitación en todos los servicios, supervisión protegida y regular, y nuevos modelos de atención. Además, se necesitarán recursos adecuados, preferiblemente financiación reservada, para que los servicios desarrollen nuevas formas de gestionar las autolesiones. De manera que actuar y promover la nueva guía NICE para las autolesiones mejorará la atención de los pacientes que no siempre reciben el estándar de tratamiento que merecen.
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