Los humanos somos seres sociales. Vivimos en compañía de otras personas desde que nacemos y desarrollamos nuestras habilidades sociales desde los primeros momentos de nuestra vida. Esas interacciones fluidas y adaptativas involucran a prácticamente todas las funciones cognitivas básicas de nuestro cerebro (percepción, atención, lenguaje, memoria, funciones ejecutivas…), así como habilidades mentales más específicas. Entre ellas se encuentra lo que denominamos “cognición social”.


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Reconocer emociones ajenas y vivirlas en primera persona.

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Se trata de un concepto complejo en el que coexisten mecanismos que perciben, procesan y evalúan los estímulos sociales. Nos permite elaborar una representación del entorno social y posibilita emitir una respuesta adecuada a la situación. Y aunque no hay acuerdo absoluto sobre qué procesos incluye la cognición social, todos los autores coinciden en incluir tres componentes principales:

  • Reconocimiento emocional.

  • Teoría de la mente.

  • Empatía.

Desajustes en la maquinaria cerebral.

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Como ocurre con el resto de nuestras habilidades cognitivas, detrás de cada una de estas capacidades hay un sustrato cerebral que la hace posible. Redes cerebrales que incluyen regiones como la amígdala, la ínsula o la corteza prefrontal son fundamentales para que funcione correctamente la cognición social.

Esto nos permite aventurar que esta facultad se ve afectada en determinadas patologías. Es lógico pensar que algunas personas con trastornos del espectro autista o con problemas psiquiátricos como la esquizofrenia o enfermedades neurodegenerativas sufrirán, en mayor o menor medida, alteraciones en esos procesos. Y efectivamente, por lo general no son especialmente hábiles identificando las emociones de los demás y actuando en consecuencia. Sus conexiones y circuitos cerebrales presentan un funcionamiento anómalo.

Otro perfil de pacientes que han ayudado a lo largo de las últimas décadas a clarificar y estudiar la cognición social son los que han experimentado un daño cerebral sobrevenido. Personas que tras sufrir, por ejemplo, un traumatismo craneoencefálico causado por un accidente de coche empezaron a mostrar dificultades para relacionarse con sus semejantes.

Ejercicios para entrenar nuestra cognición social.

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Afortunadamente, y gracias a la plasticidad cerebral, estos pacientes pueden beneficiarse de programas de intervención que consiguen mejorar su cognición social. Entonces cabe preguntarse, ¿pueden también las personas sanas entrenarla y perfeccionarla?

Esto parece obvio cuando pensamos en la infancia. De hecho, los niños desarrollan esa faceta mental desde los primeros años de vida y hasta la adolescencia. Ocurre a la par que se desarrollan otros procesos cognitivos superiores, como las funciones ejecutivas (conjunto de habilidades que nos permiten tomar decisiones y realizar conductas dirigidas a objetivos y orientadas al futuro), de la mano de la maduración de la ya mencionada corteza prefrontal.

Pero nunca es tarde. La neuroplasticidad, aunque disminuye con la edad, dura toda la vida.

Interesantes investigaciones han revelado que personas adultas sin ninguna patología pueden perfeccionar su cognición social. Es posible entrenar nuestra capacidad de reconocer, comprender y entender las emociones en los demás, así como de ponernos en el lugar de otra persona y llegar a experimentar lo que está sintiendo.

Estos programas de entrenamiento están formados por ejercicios específicos, que debemos ensayar y practicar. Se trata de actividades como adjudicar emociones a diferentes caras, imaginar la respuesta de una persona en cierta circunstancia o inferir qué podría estar sintiendo alguien en una situación social.

Se trata de ensayar de forma estructurada, como hacemos cuando queremos tocar un instrumento o perfeccionar un idioma.

Y siempre que queramos mejorar en algo, lo primero es saber y comprender las habilidades que implica.

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Articulo extraído de la pagina web https://theconversation.com/ponerse-en-la-piel-de-los-demas-se-puede-entrenar-209337?utm_medium=email&utm_campaign=Novedades%20del%20da%2016%20agosto%202023%20en%20The%20Conversation%20-%202711127393&utm_content=Novedades%20del%20da%2016%20agosto%202023%20en%20The%20Conversation%20-%202711127393+CID_31c5f88bfebe21e43109f8d288cb5784&utm_source=campaign_monitor_es&utm_term=Ponerse%20en%20la%20piel%20de%20los%20dems%20se%20puede%20entrenar . Bajo el titulo. Ponerse en la piel de los demás se puede entrenar. Articulo publicado por Viktoria Kurpas/Sutterstock para. www.theconversation.com. Con fecha 16-8-2023.

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