Leiamos el otro día un tweet de Juan Luis Jimenez @JuanLuis_JG sobre un artículo titulado:

Prohibiciones de teléfonos inteligentes, resultados estudiantiles y salud mental.

de Sara Abrahamsson


La forma en que el uso de teléfonos inteligentes afecta el bienestar y el aprendizaje entre los niños y adolescentes es una preocupación para las escuelas, los padres y los responsables políticos. Combinando datos administrativos detallados con datos de encuestas sobre las políticas de teléfonos inteligentes de las escuelas intermedias, junto con un diseño de estudio de eventos, muestro que la prohibición de los teléfonos inteligentes disminuye significativamente la aceptación de la atención médica por síntomas y enfermedades psicológicas entre las niñas.

El acoso post-prohibición entre ambos sexos disminuye. Además, el promedio de calificaciones de las niñas mejora y aumenta su probabilidad de asistir a una carrera académica de la escuela secundaria. Estos efectos son mayores en el caso de las niñas de entornos socioeconómicos bajos. Por lo tanto, prohibir los teléfonos inteligentes en la escuela podría ser una herramienta política de bajo costo para mejorar los resultados de los estudiantes.

Juan Luis Jimenez  sacaba estas conclusiones sobre La prohibición de uso de smartphones en institutos de Noruega;

  • Redujo 60% consultas por síntomas psicológicos.
  • Disminuye casos acoso.
  • Chicas necesitan menos cuidados salud mental
  • Mejoran resultados académicos chicas (no chicos).
  • Mejoran más las de menor nivel de renta

Os dejamos el link al open acces para que podáis leer el artículo completo.

A modo de resumen, El artículo analiza el impacto de prohibir los teléfonos inteligentes en las escuelas en los resultados de los estudiantes, centrándose en la salud mental, el acoso y el rendimiento académico. Utiliza datos de encuestas y registros noruegos, con una estrategia de identificación basada en la adopción gradual de las prohibiciones. Los resultados muestran que la prohibición de los teléfonos inteligentes reduce la necesidad de atención médica relacionada con la salud mental de las niñas, mejora su rendimiento académico y aumenta su probabilidad de asistir a la educación secundaria. Además, reduce los casos de acoso tanto para niñas como para niños, especialmente en entornos socioeconómicos bajos.

Estos efectos no se observan en estudiantes de familias de alto nivel socioeconómico o en niños. Aunque aún no se puede evaluar el impacto a largo plazo, el estudio sugiere que prohibir los teléfonos inteligentes en las aulas tiene efectos positivos en la salud mental y el rendimiento educativo de los estudiantes.

Prohibiciones de teléfonos inteligentes