Los trastornos por consumo de alcohol son trastornos adictivos que afectan aproximadamente a un 3,6% de la población general española (Guitart, A.M., et al. 2011), y que se caracterizan por la pérdida de control ante el consumo de esta sustancia, así como la persistencia en su consumo, en el que la persona que lo padece ignora las consecuencias negativas que pueda generarle (Mayor, M.M., et al. 2019).

Teniendo esto en cuenta, la World Health Organization elabora el “Mental Health Gap Action

Programme (mhGAP)”, en el que se exponen una serie de cuestiones y recomendaciones relacionadas con este trastorno.

Pregunta 1. En adultos con dependencia del alcohol tras la desintoxicación,

¿Es eficaz el baclofeno para la prevención de recaídas y de la dependencia del alcohol?

 

De acuerdo con el estudio llevado a cabo por Agabio et al., (2023), el baclofeno disminuye el riesgo de recaída y aumenta el porcentaje de días en que se mantiene la abstinencia, aunque también se observa que los resultados son mejores ante aquellos adultos con dependencia que ya se han desintoxicado.

De acuerdo a las recomendaciones de la mhGAP el baclofeno no está registrado para el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol, por ello, el médico que lo prescribe adquiere la responsabilidad de informar al paciente sobre los riesgos y beneficios de su consumo en este trastorno. Por otro lado, es importante tener en cuenta que la retirada repentina de baclofeno puede producir un síndrome de abstinencia similar al provocado por las benzodiazepinas, por ello se debe reducir de forma gradual.

Pregunta 2. En adultos con dependencia del alcohol, ¿son eficaces las intervenciones psicosociales?

 

Tomando como referencia la revisión sistemática realizada por Ghosh et al., (2023), las intervenciones psicosociales deberían empezar a considerarse para el tratamiento de este trastorno, ya que se evidencia un aumento de la abstinencia especialmente con la aplicación de la terapia de apoyo en comparación con la Terapia Cognitivo Conductual (TCC). A pesar de ello, no hay grandes diferencias en comparación con el tratamiento habitual (TAU).

Teniendo esto en consideración, las recomendaciones de la mhGAP indican que se debería plantear la implementación de intervenciones psicosociales tras una adaptación de los materiales y herramientas de estas terapia a nuestro país, así como, la implementación en paralelo de otras modalidades de tratamiento como podría ser el farmacológico. Además, se recomienda que se aplique en diferentes entornos, ya que este tipo de intervenciones pueden aplicarse por un amplio abanico de profesionales como psicólogos, enfermeras, asesores sanitarios, etc.

 

Pregunta 3. En adultos con trastornos por consumo de alcohol o consumo peligroso de alcohol, ¿son eficaces las intervenciones digitales?

 

Para responder esta pregunta se tuvieron en cuenta las revisiones de Sundström et al., (2017), y la de Boumparis et al., (2023), en las que se evidencia que hay una reducción del consumo de alcohol, aunque la evidencia de estos estudios se considera baja.

De acuerdo a las recomendaciones de la mhGAP, las intervenciones digitales se pueden aplicar para el tratamiento de este trastorno, pero se recomienda que se aplique como intervención complementaria a TAU. Por otro lado, se debe tener en cuenta las dificultades de digitalización para algunos grupos, por lo que deberían tomarse medidas para abordar estas dificultades o desigualdades. Por último, estas intervenciones digitales deberían contar con la adaptación y traducción de sus herramientas para poder llevarlas a cabo.

Pregunta 4. En adultos con trastornos por consumo de alcohol, ¿las intervenciones farmacológicas y psicosociales combinadas son eficaces y seguras?

 

Teniendo en cuenta la revisión sistemática realizada por Agabio, et al., (2023), las intervenciones farmacológicas y psicosociales combinadas podrían ofrecerse para aquellos pacientes con trastornos por consumo de alcohol. En esta revisión sistemática se evidencia la disminución del riesgo de recaída y de la cantidad ingerida de alcohol, así como un aumento del periodo de abstinencia ante la aplicación de las intervenciones combinadas frente a la aplicación de intervenciones psicosociales como único tratamiento. Por otro lado, al aplicar las técnicas combinadas en comparación con tratamiento farmacológico como única intervención se observó disminución de la ingesta de alcohol, aunque no se vieron diferencias en cuanto al riesgo de recaída, o los días de abstinencia. Por último, se debe tener en cuenta que la naltrexona es el fármaco más efectivo cuando se aplica de forma combinada con intervenciones psicosociales.

De acuerdo a las recomendaciones de la mhGAP ante la aplicación de naltrexona se debe considerar en primer lugar los efectos adversos, los beneficios,  y por último los costes, ya que en algunos casos también podría aplicarse disulfiram que es más económico. Por otro lado, la aplicación combinada debe considerarse en función de las características individuales de cada persona. A su vez, se debe tener en cuenta que la familia y el propio paciente debe estar informado de los efectos secundarios que pueda producir el fármaco, además de que la balanza entre riesgos y beneficios aún no es clara. Por último, la discontinuidad en el acceso a los medicamentos así como a las intervenciones psicosociales pueden interferir en la planificación y continuación del tratamiento.

En conclusión, la mhGAP ofrece las siguientes recomendaciones respecto al trastorno de consumo de alcohol:

  1. El baclofeno debe considerarse para el tratamiento de adultos con dependencia del alcohol tras previa desintoxicación.
  2. Las intervenciones psicosociales estructuradas y estandarizadas deberían aplicarse para el tratamiento de la dependencia del alcohol.
  3. Las intervenciones digitales deberían considerarse para adultos con trastornos por consumo de alcohol, pero no deberían sustituir otras formas de intervención. Además, tendrían que garantizar el consentimiento libre e informado, la seguridad, la confidencialidad, la privacidad y la protección
  4. Deberían ofrecerse intervenciones psicosociales y farmacológicas combinadas para adultos con dependencia del alcohol.

Referencias Bibliográficas:
  • Guitart, A. M., Espelt, A., Castellano, Y., Bartroli, M., Villalbí, J.R., Domingo-Salvany, A., y Brugal, M.T. (2011). Impacto del trastorno por consumo de alcohol en la mortalidad: ¿hay diferencias según la edad y el sexo?. Gaceta Sanitaria, 25(5), 385-390. https://doi.org/10.1016/j.gaceta.2011.03.019
  • Mayor, M. M., Horcajadas, F. A., Trabada, J. L., & Valladolid, G. R. (2019). Trastornos por consumo de alcohol. Medicine-Programa de Formación Médica Continuada Acreditado, 12(85), 4993-5003. https://doi.org/10.1016/j.med.2019.09.004
  • World Health Organization (2023).Mental Health Gap Action Programme (mhGAP) guideline for mental, neurological and substance use disorders. World Health Organization.

Trastornos por consumo de alcohol