En esta entrada y en las siguientes de la sección de Profesionales vamos a abordar un tema de gran interés como es el modelo alternativo a los trastornos de personalidad propuesto en la sección 3 del nuevo sistema de clasificación DSM V publicado en mayo de 2013.
La clasificación que se mantiene vigente de los trastornos de personalidad es aquella que aparece en la sección 2 del actual DSM5, que no supone una gran variación con respecto al sistema de clasificación anterior del DSM IV TR. Esto se ha realizado con la clara intención de mantener una continuidad. Es precisamente este modelo alternativo de la sección 3 el que supone una nueva concepción en el sistema de clasificación y, sobre todo, en los criterios generales para el diagnóstico del trastorno de personalidad. Este será el foco en el que centraremos las siguientes entradas para profesionales.
El criterio A al que se refieren los criterios generales para el diagnóstico de trastorno de la personalidad requiere de un deterioro moderado a severo en el funcionamiento de la personalidad, referido fundamentalmente al self y al funcionamiento interpersonal.
Criterio A: niveles de funcionamiento de la personalidad.
Las alteraciones en el funcionamiento interpersonal y en el self constituyen el núcleo de la psicopatología de la personalidad, y en este modelo diagnóstico alternativo son evaluados como un continuum. El funcionamiento del self implica a la identidad y la autodirección; y el funcionamiento interpersonal implica a la empatía y la intimidad.
La descripción del nivel del funcionamiento de la personalidad figura en la tabla 2 de la página 775 y 778, y va a ser sobre la que verse también las siguientes entradas para profesionales. En esta tabla se describe cada uno de los elementos mencionados anteriormente en 5 niveles de deterioro que van desde muy pequeño o ausente, a muy extremo o nivel 4.
Elementos nucleares del funcionamiento de la personalidad.
Self:
1) Identidad: la capacidad de experimentarse a uno mismo como único, con unos claros límites entre uno mismo y los otros; estabilidad de la autoestima y adecuación de la confianza de uno mismo; capacidad y habilidad para regular amplias reacciones emocionales.
2) Autodirección: búsqueda de metas vitales coherentes y significativas en el corto plazo; utilización de estándares de conducta constructivos y prosociales; capacidad para la autoreflexión productiva.
Interpersonal:
1) Empatía: compresión y apreciación de las experiencias y de los otros; tolerancia acerca de las diferentes perspectivas; compresión de los efectos de la conducta de uno en los otros.
2) Intimidad: profundidad y duración de la conexión con los otros; deseo y capacidad para la intimidad; reciprocidad o complementariedad que se manifiesta en la conducta interpersonal.
Un deterioro en el funcionamiento de la personalidad predice la presencia de un trastorno de personalidad, y la severidad de este deterioro predice cuándo un individuo tiene más de un trastorno de la personalidad o uno de los trastornos de la personalidad más típicos.
Un nivel moderado de deterioro en el funcionamiento de la personalidad es requerido para el diagnóstico de un trastorno de personalidad; este umbral está basado en la evidencia empírica de que un nivel moderado de deterioro es el que más maximiza la habilidad y capacidad de los clínicos para identificar de forma adecuada y eficiente un trastorno de la personalidad.
En las siguientes cuatro entradas describiremos los componentes señalados aquí en relación al self y las relaciones interpersonales y sus niveles de severidad.
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