Descripción del proyecto
INFORMACIÓN DE SALUD MENTAL
A continuación podrá descargar diversas guías sobre trastornos tales como la esquizofrenia, ludopatía, depresión o demencia…
1º ¿Cree usted que tiene o ha tenido problemas con el juego?
2º ¿Se ha sentido alguna vez culpable por jugar o por lo que le ocurre cuando juega?
3º ¿Ha intentado alguna vez dejar de jugar y no ha sido capaz de ello?
4º Ha cogido alguna vez dinero de casa para jugar o pagar deudas?
Si contesta afirmativamente a 2 ó más preguntas seguramente tenga usted problemas con esta enfermedad.
En otras ocasiones se inventan excusas para evitar la relación sexual. Esto puede acarrear sentimientos de inferioridad respecto a otras mujeres. También puede existir miedo al abandono , si su compañero llega a conocer su problema sexual.
La persona que sufre un trastorno sexual puede cambiar su conducta para evitar encuentros sexuales (temiendo anticipadamente que fracasará en su empeño); puede hacer frente a su dilema inventándose excusas ( por ejemplo, culpando a su compañera ); y puede también tratar de superar la disfunción “trabajando” con diligencia en el trance sexual, lo que generalmente no hace más que empeorar la situación.
Esta ignorancia nos lleva a experimentar miedo ante lo que no se comprende. Las alteraciones emocionales y las enfermedades mentales afectan a alrededor de un 20% de la población y estos problemas pueden llegar a ser tan severos que nadie puede criticarlos ni menos avergonzarse de ellos.
Así en la actualidad el hombre reacciona con estrés no solo ante situaciones de peligro físico como lo haría el hombre primitivo, sino que lo hace ante multitud de estímulos sociales, psicológicos o emocionales que son percibidos por el individuo como amenazantes.
Un trastorno depresivo no es un estado de ánimo triste pasajero; tampoco es un signo de debilidad personal o una situación que se pueda superar únicamente con ayuda de la voluntad. Las personas que sufren una enfermedad depresiva no pueden tan sólo “animarse” y de inmediato sentirse mejor. Sin tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses o años. En cambio, un tratamiento adecuado ayuda a más del 80% de las personas que sufren depresión.
Las depresiones en el anciano suelen ser especialmente graves, y comportan un peor pronóstico que los jóvenes, ya que inciden sobre una persona con tendencia a sufrir un estado físico deficiente, con menos apoyos sociales y con las limitaciones mentales y físicas propias de la edad.
La ansiedad afecta tanto a la mente como al cuerpo. Al hablar de ella nos referimos a sentimientos y sensaciones como el miedo, la aprensión, el estar angustiado, crispado, preocupado… Se relaciona también con “síntomas corporales”, es decir, sensaciones tales como la tensión muscular, la sudoración, el temblor, la respiración agitada, los “nudos en el estómago” que le hacen sentirse a uno enfermo, la diarrea, el dolor de cabeza, de pecho, o de espalda, las palpitaciones, etc.
El inicio del cuadro coincide en un 80 % de los casos con la adolescencia y comienza con una dieta para perder peso: en la medida que las chicas logran eliminar kilos parecen no poder parar, y perder peso se convierte en el objetivo central de su vida. El 20 % inicia el cuadro clínico tras un episodio depresivo, alguna enfermedad somática, intervención quirúrgica o tras un período de ejercicio físico intensivo. La anorexia y la bulimia nerviosas son trastornos de la conducta alimentaria. Hacer dieta es la principal conducta de riesgo para desarrollar estos trastornos.
-Pensamientos tales como “miedo a volverme loco” o “miedo a perder el control” pueden acompañar este trastorno.
-Además de estos pensamientos, existen reacciones fisiológicas dolorosas. Algunas pueden ser tensión muscular, sudoración, temblor, respiración agitada, nudos en el estómago, diarreas, dolor de cabeza, en el pecho, palpitaciones.
Serán estos síntomas ansiosos descritos los que asociados a situaciones específicas tales como ir de compras, estar en espacios abiertos o concurridos, viajar, conducir un coche, etc., tengan como consecuencia la evitación de todos estos lugares y el trastorno de la agorafobia.