El informe de Unicef resalta la ansiedad y la depresión como las enfermedades más comunes entre los adolescentes europeos, estando presente en el 55% de la población de 10 a 19 años. El porcentaje asciende hasta el 70% en las jóvenes.
Según el informe elaborado por Unicef, nueve millones de adolescentes europeos entre 10 y 19 años padecen una enfermedad mental. Por grupo de edad y género, estas enfermedades son más comunes entre los chicos en el grupo de 10 a 14 años (15,6% frente al 14,8% entre mujeres) y en las chicas en el grupo de 15 a 19 años (18,6% frente al 16,1%).
La ansiedad y la depresión, las enfermedades de salud mental más comunes según Unicef.
De los problemas de salud mental analizados en este informe de Unicef, la ansiedad y la depresión son las más comunes entre los adolescentes europeos. En el informe se estima que el 54,8% de los adolescentes las padecían aunque son más comunes entre chicas (70,1%) que entre chicos (39,6%).
COMENTARIOS A LA NOTICIA
Ocupamos el primer lugar en Europa en la incidencia de patología mental en la adolescencia.
Resulta realmente preocupante leer los datos que aportan este trabajo publicado en NEWTRAL.
Los medios de comunicación se hacen eco de botellones y de encuentros multitudinarios en las ciudades organizados y en los que participan grupos de adolescentes. pareciese como que estos son una pandilla de juerguistas e irresponsables que simplemente salen a dar rienda suelta a sus ganas de diversión, que son unos inconscientes, insolidarios con la necesidad de proteger a los demás en un momento de pandemia del cual estamos saliendo poco a poco.
Las cosas son más complejas, los adolescentes es el grupo social qué mayor sufrimiento emocional está padeciendo a tenor de los datos de este y de otros artículos.
No solo tenemos una juventud y adolescentes tardíos que tardan en independizarse de sus padres y encontraron una vivienda para poder llevar una vida digna e independiente con su pareja o amigos, el paro es una lacra en este sector poblacional, la crisis económica que azotado a las clases medias y bajas impone serias limitaciones a familias con adolescentes en su seno que no les pueden ofrecer un futuro como el que tuvieron ellos, por primera vez desde hace muchas generaciones se cumple aquello de que los hijos van a vivir peor que los padres cosa que hasta ahora no había sucedido.
A todo eso se suma la crisis ecológica a nivel planetario y la conciencia social existente entre los jóvenes y la frustración que todo lo anterior genera en este grupo poblacional.
No es de extrañar que con este contexto tan lamentable la prevalencia de trastornos mentales sea muy elevada.
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