La Organización Mundial de la Salud OMS estima que aproximadamente 280 millones de personas en el mundo padecen depresión, siendo la segunda causa de años vividos con discapacidad en todo el mundo.
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No solo la depresión es común, sino que hasta el 54% de los pacientes que han experimentado un episodio depresivo tienen probabilidades de recaer. La recaída suele definirse como la reaparición del episodio inicial de depresión después de una mejoría inicial, mientras que la recurrencia es la aparición de un nuevo episodio de depresión después de la recuperación. Estudios previos han explorado estrategias farmacológicas y no farmacológicas para prevenir tanto la recaída como la recurrencia de la depresión. Se ha recomendado que las intervenciones psicológicas se realicen de forma más generalizada en todo el mundo, tratando de identificar a las personas que pueden beneficiarse más de estas intervenciones.
Para investigar sobre la efectividad de las intervenciones psicológicas en la depresión en un metaanálisis se examinaron 14 estudios que incluyeron a 1.720 personas con depresión mayor. Se encontró que las intervenciones psicológicas, tanto en monoterapia como en complemento de la atención habitual, mostraron una reducción significativa en el riesgo de recaída en comparación con las condiciones de control. No se observaron diferencias significativas en la eficacia entre los diferentes tipos de intervenciones psicológica evaluadas. Sin embargo, dos posibles predictores de resultados fueron identificados: la presencia de síntomas residuales de depresión al inicio del estudio y el historial de haber experimentado más de dos episodios de depresión.
Aunque estos hallazgos son alentadores, se destacan varias limitaciones. Por ejemplo, la falta de datos demográficos y clínicos completos de los participantes, así como la exclusión de ciertos tipos de estudios que podrían afectar a la generalización de los resultados. Se reconoce la necesidad de replicar estos hallazgos en estudios futuros y de considerar la validación de los mismos en contextos clínicos más amplios.
El metaanálisis también enfatiza sobre la importancia de un enfoque personalizado en el tratamiento de la depresión. Identificar predictores de resultados pueden permitir una estratificación más precisa de los pacientes y una adaptación más específica de las intervenciones psicológicas. Este enfoque centrado en el paciente promueve una atención más individualizada y una toma de decisiones compartida entre médicos y pacientes. El estudio proporciona evidencia prometedora sobre la eficacia de las intervenciones psicológicas en la prevención de la recaída y la recurrencia de la depresión, aunque se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos y su aplicabilidad en la práctica clínica.
