Hablar de la muerte es clave para trabajar en la prevención y eliminar estigmas, prejuicios y mitos acerca del acto de quitarse la vida.

Begoña Martín tiene 56 años y vive en Barakaldo. Padece trastorno límite de la personalidad y depresión crónica. Su vida ha sido difícil. Desde pequeña. Sufrir abusos sexuales en la infancia es algo que se arrastra siempre. Begoña acude a terapia con una psicóloga y una psiquiatra. También tiene el apoyo de una enfermera de psiquiatría. Siente que le ayuda. Porque es así. Le ayuda. Begoña, hace 15 años, intentó suicidarse.

“Sentía que mi vida no tenía sentido, que nada tenía solución…”, hace memoria y balance. “Ahora me encuentro bien. Encontré la ayuda que necesitaba”.

Esta barakaldesa podría haber sido una persona más en la estadística de muertes por suicidio. Una tasa que no decae con el paso de los años. Solo en Bizkaia, según el Instituto Vasco de Estadística, 73 personas murieron por suicidio en 2019. En todo el País Vasco fueron 145. El suicidio es la primera causa de muerte no natural en España y supone el doble de víctimas mortales que las producidas por los accidentes de tráfico y 80 veces más que las provocadas por la violencia de género. Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2018 fallecieron por esta causa 3.539 personas. La Fundación Española para la Prevención del Suicidio habla de 10 suicidios al día. Uno cada menos de tres horas.

El suicidio es un problema grave, pero todavía es un tema tabú. Este silencio tiene consecuencias, ya que provoca estigmas en las personas con conductas suicidas y en las que han perdido a un ser querido por este motivo. Las primeras se sienten juzgadas. A las segundas no se les permite hablar de su pérdida. “Me han hecho sentir un bicho raro. Dejé de querer salir de casa. Por eso, sientes que tienes que esconder lo que te pasa”, confiesa Martín. “Cuando lo he contado, a menudo han pensado que estoy loca y que no sirvo para nada. Las personas que no han vivido esto de cerca no saben qué decir o cómo tratarte. No entienden el daño que hacen esos prejuicios”, afirma.

Cristina Blanco, profesora de Sociología en el campus de Bizkaia de la UPV/EHU y cofundadora de la Asociación Vasca de Suicidología (AIDATU), también ha sufrido esos juicios y a su asociación acuden personas que han sentido esa vergüenza impuesta: “Muchos familiares dicen que su ser querido ha muerto de otra cosa. Lo esconden, porque existe el miedo a encontrar la culpa en los ojos del otro”, explica.

“La mayoría de las personas que mueren por suicidio no quieren morir, quieren dejar de sufrir”, Jon García Ormaza, psiquiatra del Hospital de Zamudio.

Además de ese sufrimiento, el estigma tiene otros efectos negativos. Para Pedro Martín-Barrajón Morán, responsable de la Red Nacional de Psicólogos para la Prevención del Suicidio de Psicólogos Princesa 81, no solo dificulta el uso de los servicios de salud, sino también la búsqueda de ayuda.

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Articulo extraído de la pagina web. https://www.elsaltodiario.com/salud-mental/muerte-culpa-verguenza-suicidio. Bajo el titulo. Muerte, culpa y vergüenza del suicidio. Articulo publicado  por. Yazmina Vargas . Para www.elsaltodiario.com. Con fecha. 07-07-2021.

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