“La realidad es una cuestión de consenso”.

 
Juan Trejo, con tan solo dos novelas publicadas –El fin de la guerra fría (Belacqua, 2008) y La máquina del porvenir (Tusquets, 2014), es una evidencia de ese prejuicio y un ejemplo de una vida dedicada al oficio literario: crítico y traductor, codirector de la revista Quimera durante el periodo 2006-2009, miembro del consejo de redacción de la ya desaparecida Lateral, y profesor de literatura en enseñanzas medias y en talleres de escritura creativa. La máquina del porvenir se alzó con el décimo Premio Tusquets de novela y será el eje sobre el que gire esta entrevista que tuvo lugar en Sevilla, en el café La Mercería.
Al final de la novela, se expresa un fracaso que al mismo tiempo revela una certeza: la necesidad de contar quienes somos que, a pesar de no saberlo con exactitud, se muestra como esencia del ser humano con un carácter universal. ¿Se podría entender de esta forma?
Por supuesto que sí. Antes te comentaba que la máquina es como la materialización de un símbolo, y es la expresión también de un anhelo de hacer tangible lo que no lo es. En ese sentido, podemos decir que hay una parte de fracaso. No obstante, tiene sus matices porque hay momentos supuestamente de éxito. Pero ese fracaso es lo que lleva a Óscar a descubrir el único éxito posible en esa relación con lo intangible precisamente, y es que, a lo mejor, lo único que tenemos, nada más y nada menos, es el hecho de contar para dar vida y para hacer vivir. Me gustaría que la novela fuera una experiencia, como te decía, y de algún modo lo que está haciendo Óscar es descubriendo que lo que queda es vivir y que vivimos a través del lenguaje. Y por eso tenemos que contarnos, y por eso contarnos es verdad y es válido, y en ese sentido es esperanzador.

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“La realidad es una cuestión de consenso”